Las personas son imprescindibles. Sobre eso no hay discusión. Siendo imprescindibles, lo que nos debe ocupar es cómo hacerlas más productivas a medida que pasa el tiempo. Si realizáramos una comparación, la capacitación de las personas vendría a ser el equivalente del mantenimiento en las máquinas, ya que sin capital humano su productividad se ve afectada y comprometida.
Una empresa de manufactura realiza mantenimiento preventivo de su sistema de producción basado en conocimiento estadístico de la performance, intentando invertir en esto alrededor del 5% del valor actual del bien. Si consideramos a las personas como “el bien”, se merece que se invierta su mantenimiento alrededor del 5% del tiempo que trabaja por año, lo que implica que alrededor de diez días de un empleado deban dedicarse a hacer “mantenimiento preventivo” para que siga siendo productivo y aumente su eficiencia.
Además, en un sistema de producción de bienes por máquinas es difícil realizar mantenimiento que aumente la producción, el intento es que no desmejore. Lo interesante de las personas es que el mantenimiento realizado sobre ellas puede incluso mejorar su productividad hasta valores incalculables.
En las empresas de IT y Sistemas, el personal es una componente fundamental del “banquito de tres patas”: personal, tecnología y procesos. Pero lo que hay que lograr es que todas las compañías tengan este “banquito”. Por eso mismo, el gran desafío de las empresas es entender la gestión de conocimiento como un activo, siguiendo una simple regla: más capacitación es igual a más productividad.